J.N.G.J.
Ayer -miércoles 2 de junio- por estas horas se realizaba una nueva reunión para asentar las bases de una deseada mejora en la tasa de paro de España. Con esta intención acordaron continuar con las negociaciones las tres partes encargadas: el Gobierno, los sindicatos (CC. O.O. y UGT) y la patronal (CEOE).
Ayer -miércoles 2 de junio- por estas horas se realizaba una nueva reunión para asentar las bases de una deseada mejora en la tasa de paro de España. Con esta intención acordaron continuar con las negociaciones las tres partes encargadas: el Gobierno, los sindicatos (CC. O.O. y UGT) y la patronal (CEOE).
La reunión venía precedida de un dato que suponía un pequeño balón de oxígeno para el Gobierno: la bajada del paro en el mes de mayo. Un total de 76.223 personas menos se encuentran actualmente desempleados. Pero este dato no es una excusa para buscar una reforma del mercado laboral que acabe con la tasa de más de cuatro millones de parados que actualmente lastra la economía nacional.
Con esta exigencia, los llamados agentes sociales han estado buscando un acuerdo que cambie la actual situación durante los últimos meses, sin llegar a ningún acuerdo.
Principales puntos de desacuerdo
Uno de los puntos más importantes y que más conflicto ha generado son las condiciones del despido. La patronal quiere abaratar los costes que actualmente se sitúan en 45 días. Lo que se pretende conseguir con esta medida es promocionar los nuevos contratos haciéndolos más atractivos para los empresarios. Pero los líderes de los dos principales sindicatos, Cándido Méndez y Ignacio Fernández Toxo consideran que esto no sería más que un problema para todos los desempleados, que además de perder su puesto de trabajo con mayor facilidad, cobrarán una indemnización menor. Díaz Ferrán, presidente de la CEOE ya ha anunciado que no firmará ningún acuerdo que no suponga “una reforma global y profunda”.
Otro escollo viene determinado por las cotizaciones sociales. La asociación de empresarios considera excesivo lo que tienen que pagar las empresas por sus trabajadores y añaden que hay un margen de cinco puntos para igualar las cotas del nivel europeo. El Gobierno y los sindicatos se niegan a una rebaja de las mismas. Un nuevo problema lo encontramos en el alto nivel de desempleo juvenil. Los agentes sociales están considerando diversas opciones para promocionar el empleo de los recién incorporados al mercado de trabajo a través de subvenciones o mediante un cambio en las características de los contratos para becarios en prácticas.
El modelo alemán parece que ha gustado a los agentes sociales que se muestran de acuerdo en aceptarlo. Su implantación supondría que en caso de problemas económicos en una empresa, en lugar de optar por el despido, el empleador redujese la jornada laboral de los empleados a cambio de que el gobierno se hiciese cargo de una parte del salario. También puede ser aceptado el modelo austriaco (ya estudiado en el aula de Escuela Económica), consistente en la creación de un fondo que supusiese una ayuda en caso de despido.
El gobierno ya no está dispuesto a tolerar nuevas reuniones sin llegar a ningún acuerdo, por lo que ha puesto fecha límite antes de decantarse por el decretazo. Este tope será el 16 de junio. Si para esta fecha, sindicatos y patronal no han alcanzado ningún acuerdo, el Gobierno redactará su propia reforma. Esta fecha ha sido elegida oficialmente, porque el 17 la presentará Zapatero ante la Cumbre europea para que ésta de su visto bueno. No obstante, desde el PP se acuerdan de que el día escogido es el mismo que el debut de la selección Española en el Mundial y que así podría pasar más desapercibida.
Sea como fuere, parece que la Historia Interminable de las negociaciones por la reforma del mercado laboral tiene marcado su final.
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