J.G.J.
La subasta de deuda pública que España celebró ayer arrojó unos datos más que positivos y consolidan la confianza de los inversores en la economía doméstica. La demanda de letras del Tesoro Público fue muy superior a la oferta, lo que provocó una nueva caída de los intereses a los que tiene que hacer frente el Estado.
El Tesoro pretendía captar entre 5.500 y 6.500 millones de euros en letras a 12 y 18 meses, sin embargo, se encontró con que las peticiones de los inversores casi triplicaron la oferta inicial. Esta demanda de 16.714 millones de euros, en el conjunto de los dos tipos de títulos, supone un máximo histórico.
La confianza de los inversores en la economía Española permitió que los intereses que tiene que pagar el Estado por colocar deuda se redujesen notablemente. En concreto, las letras a 12 meses se adjudicaron con una rentabilidad media del 2,41%, frente al 2,947% del mes pasado; mientras que la de los títulos a 18 meses cayó desde el 3,367% hasta el 2,938%. Estos resultados alivian las tensiones que se ciernen sobre la solvencia de la economía española y alejan los fantasmas de una posible intervención por parte de la Unión Europea.
Semana clave en Portugal
Sin embargo, los tambores de guerra suenan cada vez más fuerte en Portugal. Los resultados de la subasta de hoy pueden marcar el futuro del país vecino, cuya viabilidad sigue muy cuestionada. Ayer, el Instituto de Gestión de la Tesorería y el Crédito Público emitió bonos a 10 años que se colocaron a un interés del 2,41%, apenas dos décimas más bajo que el máximo histórico marcado el pasado jueves con una rentabilidad del 7,63%.
El gobierno luso pretende conseguir entre 750 y 1.000 millones de euros en la subasta de hoy con letras a 12 meses. Sin embargo, las dudas que se ciernen sobre su mercado parecen no augurar un buen resultado.
Mientras, España mirará muy atentamente los resultados de esta subasta que pueden condicionar en gran medida su futuro. Si los intereses que paga Portugal por su deuda siguen aumentando, parece imposible que su economía no quiebre y lo que es aun peor, que arrastre a España en su caída. Por este motivo, el ministro de finanzas luso, Fernando Teixeira, solicitó ayer a la UE que refuerce y flexibilice el fondo de rescate para los países del euro.
Teixeira lamentó que el “proceso se esté revelando más lento de lo que sería deseable. Las demoras y las dudas en los avances necesarios afectan a la zona euro y a cualquiera de sus países”. La UE no puede permitir que las dudas de la deuda portuguesa pongan en riesgo el tímido avance de la economía de los países miembros. Por este motivo debe de actuar con rapidez para asegurar un fondo de rescate que alivie las tensiones de los estados periféricos.
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