L. S. M.
El presidente del Banco Central Europeo se ha lanzado al ataque contra la Banca por la actitud adoptada desde este sector tras la crisis financiera y en pleno proceso de recuperación, recordando quién dio la cara por los bancos cuando peor pintaban las cosas, o lo que es lo mismo, justo después de la quiebra de Lehman Brothers.
El presidente del Banco Central Europeo se ha lanzado al ataque contra la Banca por la actitud adoptada desde este sector tras la crisis financiera y en pleno proceso de recuperación, recordando quién dio la cara por los bancos cuando peor pintaban las cosas, o lo que es lo mismo, justo después de la quiebra de Lehman Brothers.
¿Y cómo se las gasta Jean Claude Trichet? Pues atención a sus declaraciones en el semanario Welt am Sonntag: “Habrían desaparecido todos los bancos si no los hubiéramos rescatado. Lo tuvimos ante los ojos.”
Habrá quien pueda pensar que la actitud del francés, propia de un amante despechado, no ayuda a lograr una buscada armonía para agilizar acuerdos y mostrar una relación sólida ante los ciudadanos.
En realidad, si Trichet ha explotado es porque considera intolerable los derroteros de la situación, y de ahí que se lance a criticar “que muchos ejecutivos crean que pueden actuar como antes del otoño de 2008.”Los dardos del presidente del BCE van contra “los excesivos salarios, bonificaciones y beneficios alcanzados a corto plazo sin relación con la economía real, hechos que no concuerdan con nuestros valores democráticos fundamentales.” Si tenemos en cuenta que el término “antidemocrático” es uno de los peores calificativos que se pueden utilizar a día de hoy frente a la sociedad, queda patente hasta qué punto se observa con indignación la actitud de los bancos desde el organismo internacional.
Eso sí, Trichet también ha utilizado la entrevista en el dominical alemán para defender la decisión de adquirir deuda pública de países como Grecia, Irlanda o Portugal. Una decisión que adoptó el BCE y que fue duramente criticada por Alemania. El alegato de la defensa es “el dramatismo de la situación cuando se adoptaron estas resoluciones; entonces, Europa era el epicentro de la crisis.” Y tras esta justificación, el francés vuelve a pasar a la ofensiva: “Me hubiese gustado que la opinión pública alemana hubiera reaccionado con la misma exaltación ante la ruptura del Pacto de Estabilidad en 2004 como ante nuestra decisión de comprar deuda pública.”
Sabiendo que Alemania y Francia contribuyeron a la ruptura de ese pacto, se comprueba la fina ironía de Trichet, a quien no le importa retrotraerse hasta 2004 para saldar deudas de conciencia.
2 comentarios:
Puede apelar a los sentimientos, o incluso al amor si quiere, pero en las finanzas eso cuenta bien poco...
¿Ahora Trichet echa en cara la actitud de los bancos? Quizá debería habérselo pensado antes de afianzar su situación cuando en realidad todos sabemos que los bancos no estaban tan mal.
La relación era engañosa desde un principio y si entonces Trichet no lo supo ver, que ahora no se lamente.
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