¿Es una buena medida la dación en pago?

Una Iniciativa Popular Legislativa que se está debatiendo en el Congreso propone que la dación del piso sirva para saldar la hipoteca y no tener que abonar el monto total de la operación. La propuesta es aceptada por ERC, IU, ICV y BNG, pero el PSOE y el PP se muestran contrarios a la medida. Desde el Gobierno se han comprometido a crear una subcomisión parlamentaria para que analice los problemas de las hipotecas y busque las mejores soluciones.

Pero... ¿Es una buena medida? En Escuela Económica recogemos las dos posturas

SI

Perder su hogar no es ninguna solución para las familias, sino que es la peor de las derrotas, una estocada mortal. Es el último de los pasos atrás que pueden darse a consecuencia de una crisis. Sin embargo, el sistema financiero actual exige aún más al ciudadano, exige que siga pagando la hipoteca hasta saldar totalmente la deuda.

Nuevamente se carga sobre los hombros de los más débiles las responsabilidades que otros deberían asumir. Si el ciudadano y la banca aceptaron una hipoteca, ambos deberían aceptar su parte de la responsabilidad. Las entidades financieras no deberían poder conceder un crédito hipotecario subprime (con alto riesgo de impago) y lavarse las manos imponiendo un alto tipo de interés. Si aceptan correr ese riesgo, aceptan las consecuencias del mismo.

Pero lo que no se puede permitir es la desigualdad que tienen bancos y ciudadanos para hacerse responsables de sus obligaciones. Si una entidad financiera quiebra al no poder hacer frente a sus vencimientos, tiene al Estado como salvador que le presta su liquidez; mientras que si es un parado quien no puede hacer frente a una hipoteca durante unos meses, le embargan la casa y además tiene que seguir pagando al banco.

El Poder Legislativo debería no hacer oídos sordos ante esta problemática, y debería velar por la igualdad de todos, ¿o acaso la banca tiene unos derechos propios y exclusivos recogidos en la Constitución? No se puede tolerar esta desigualdad.

Si en época de bonanza concedieron sin reparos hipotecas de dudoso cobro, aceptando unas tasaciones que se encarecían mes a mes y conducían hacia una burbuja inmobiliaria; tras el estallido, también tienen alguna responsabilidad. Por este motivo, la dación en pago es lo más justo para liquidar el crédito. Si aceptaron y alentaron las tasaciones tan sobrevaloradas, ¿porqué no van a tener que cargar con su parte de la culpa de contribuir a la burbuja?

Además, no conviene olvidar que la crisis económica actual surgió por una profunda crisis financiera que hunde sus raíces en los créditos subprime. El Gobierno no debe permitir que después de que el sector bancario provocase la crisis y después de haber sido rescatados con el dinero de todos los contribuyentes, la entidad pueda echar a un ciudadano de su casa y además obligarle a seguir pagando la hipoteca hasta que acabe de abonar cada céntimo.

NO

Durante los años de bonanza de la economía española, el ahorro familiar cayó a niveles negativos, esto es, se gastaba más de lo que se ingresaba. ¿Cómo es posible? A través del crédito concedido por el sistema financiero. El gasto fue desaforado y la deuda de las familias creció muy por encima de sus posibilidades. Se convirtió en algo habitual el comprar una casa con una buena hipoteca, y de paso pedir unos pocos miles de euros más para amueblar el piso y para renovar el coche. Muchos firmaron créditos que sabían que difícilmente iban a poder abonar, aunque la bonanza siguiese eternamente.

Pero los tiempos de prosperidad suelen acabar en épocas de recesión, y a España llegó con unas familias tremendamente endeudadas. La crisis trajo consigo paro y muchos se vieron desempleados y con una deuda que les desbordaba. Estas familias quebraron, igual que quiebra una empresa. Entonces el banco vino a embargarles la casa, sin embargo, con la casa no cubrían todo el monto que habían acordado pagar, y los bancos, como el contrato obligaba, solicitaron lo que faltaba.

La entidad cumplió con su parte de la responsabilidad al prestar el dinero, ¿por qué el ciudadano podría no cumplir su parte del trato? Eso no era lo acordado. El sistema financiero vive de los intereses que gana al prestar su dinero, de lo contrario, no lo prestaría y lo dedicaría a invertir o a comprar bonos de los estados que de ahí sacaría el dinero. La banca presta un dinero para recuperarlo con intereses, y si el ciudadano los acepta, tiene que cumplir con su contrato.

Es muy sencillo culpar de todos los males al sistema bancario; pero la sociedad debe ser consciente de que comprar una casa es un riesgo y hay que requiere de grandes esfuerzos. En muchos países con rentas per cápita mayores que las de España y con unos precios de la vivienda similares a los españoles, deciden no arriesgarse a comprar un piso si son conscientes de sus propias limitaciones y optan por vivir de alquiler. En España, la ciudadanía no es consciente de que firmar una hipoteca a más de veinte años es un riesgo, porque es muy difícil tener asegurados los ingresos durante tanto tiempo.

Además, el embargo es, para la institución financiera, la peor solución, porque se ve obligado a cambiar el dinero líquido por una propiedad que tiene que conseguir vender nuevamente. Además, si había colocado ese pagaré en el mercado financiero, se encuentra con el problema de que tiene que abonarlo por su cuenta. Pero eso no es todo, sino que el Banco de España, para asegurar la viabilidad de los bancos ante los altos niveles de morosidad, introdujo una medida en octubre que les obligaba a aumentar en nivel de aprovisionamiento del 20 al 30% sobre el valor total de los activos inmobiliarios que las entidades incluyen en sus balances. Por lo tanto, al embargar un piso, el banco tiene que retener en sus reservas el 30% del precio del inmueble para que así pueda hacer frente mejor a la caída de los precios. Y ese dinero parado, no produce nada, por lo que están perdiendo ingresos.

Por tanto, no es justo afirmar que el sector financiero no sufre ninguna consecuencia negativa del embargo de viviendas. Cumple su parte de la responsabilidad acordada en el contrato y el ciudadano debería asumir también la suya.

Además, el aceptar la dación en pago podría derivar en que la banca fuese mucho más exigente con los requisitos a la hora de conceder las hipotecas y aumentase los intereses para protegerse de posibles devoluciones del inmueble para solventar la deuda. Esto provocaría una restricción aún mayor del crédito y un aumento del tipo de interés.

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