J.G.J.
La subida del precio del petróleo es un problema que ha venido para quedarse en el corto plazo. Para evitar que este alza afecte gravemente al tímido crecimiento económico de España, el Gobierno pretende mitigar su impacto con una reducción del consumo energético del país. Para ello, una de las medidas adoptadas es la de reducir el límite de velocidad en las autopistas y autovías españolas en 10 kilómetros por hora, de modo que sitúa el máximo permitido en 110 km/h.
Además, para fomentar el ahorro de energía, el Gobierno acordó que el precio de los cercanías se reducirá en un 5% a partir del 7 de marzo. Esta decisión ha suscitado un gran debate ya que las grandes ciudades españolas consideran que ya han hecho bastantes esfuerzos en reducir la factura energética con medidas estructurales, que disminuyan el gasto diariamente, y no se les puede exigir que adopten más medidas.
Desde el Gobierno catalán ya se anunció su rechazo a adoptar esta política porque serían ellos quienes tendrían que acarrear con los costes. Su portavoz, Francesc Homs, afirmó que esta medida acarreará un coste de 26 millones de euros, e invitó al Estado a que sean ellos quienes se hagan cargo de la factura. “Ellos invitan a café, la gente se toma el café y luego te dicen que pagues la cuenta” ironizó Homs y protestó por que luego “se nos culpa de que generamos déficit”. Desde hace un año, Cataluña tiene transferidas las competencias sobre los trenes de cercanías, por este motivo deberían de soportar ellos las pérdidas de la rebaja del 5% en los billetes.
También se ha opuesto a la media la Comunidad de Madrid, que ha rechazado aplicar el descuento al precio de los abonos transportes, de modo que sólo se rebajará el precio de los billetes comprados a Renfe. Por su parte, el vicepresidente de la Comunidad, Ignacio González, tildó de “ocurrencia” la nueva estrategia coyuntural del Gobierno para hacer frente a la subida del precio del petróleo. En su opinión, esta situación es consecuencia de la mala política energética del ejecutivo, que provoca que “la luz tenga unos costes altísimos”.
Por su parte, el Ministro de Fomento instó a los representantes de los Gobiernos de las dos comunidades a que expliquen “por qué se niegan” a reducir el precio del transporte público en un momento en el que es “necesario”, informa la agencia Efe.
Reformas en la energía
En último término, todos se lavan las manos y miran para otro lado. La medida del Gobierno no es suficiente si no viene acompañada de reformas en la política energética. Actualmente es uno de los debates políticos más importantes y que marcarán, en buena medida, el futuro de España en los próximos años.
Por otra parte, los planes de rebajar el precio del transporte público para fomentar su uso son correctos, no sólo desde la posición de ahorro energético, sino también para evitar la contaminación que afecta a las grandes ciudades. Por ello, este tipo de iniciativas pueden ser interesantes a largo plazo, pero de poco sirve que sea solamente una medida coyuntural y temporal.
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